04 junio 2012

Del cielo al infierno



Celebración de la Euroliga. Foto: Ros Casares
El pasado miércoles día 30 de mayo se confirmó lo que hasta el momento era un rumor, pero uno de esos que esperas que no llegue a cumplirse. La confirmación de que desaparecía el equipo de baloncesto femenino “Ros Casares” dejó a todos los seguidores del club, y a la gran mayoría de valencianos, boquiabiertos. ¿Cómo podía desaparecer el campeón de la Liga Europea?

           
Ser el club de básquet femenino más laureado de España, con 27 títulos cosechados en tan solo 13 temporadas en lo más alto , no ha sido suficiente para que las “chicas de acero”, cómo se conoce las jugadoras del Ros, pudieran continuar un año más “dando guerra” entre las más fuertes.

"Reinas de España" - Foto: Ros Casares
La temporada 2011-2012 fue magnífica para el Ciudad Ros Cares. A excepción del traspiés de la Copa de la Reina, cayeron delante del Perfumerías Avenida de Salamanca, consiguieron hacerse con los dos títulos restantes: campeonas de la Euroliga y de la Liga española. Destacando, de esta última competición, que no perdieron ninguno de los partidos disputados, cifras de récord.

Y ahora, se van para no volver. El máximo patrocinador ha dado por concluida su relación con el primer equipo. La situación económica que atraviesa nuestro país ha hecho mella en la economía empresarial de los “Ros Casares”, que se han visto obligados a tomar esta decisión que a tantos ha dejado petrificados. Durante mucho tiempo se han invertido grandes cantidades de dinero en configurar un proyecto deportivo exitoso. Así fue la temporada pasada, con un equipo de 10, un “dream team” como se suele decir con grandes estrellas de la canasta. Maya Moore, Sancho Little, Lauren Jackson o Eshaya Murphy, algunas de las internacionales más destacadas.


Ahora, estas jugadoras tendrán que buscarse un nuevo sitio. Ofertas no les faltará debido a la gran calidad que poseen, pero serán “nuestras”. No estarán en Valencia y no llevarán el nombre de nuestra ciudad a lo más alto del baloncesto femenino. 


Llegada del equipo al aeropuerto de
 Manises tras ganar la Euroliga.
Foto: Ros Casares
¿Se han cansado los “Ros Casares” de dar mucho y recibir poco? El baloncesto femenino español no parece tener la fórmula para llegar al nivel del masculino. Pero, ¿por qué las empresas privadas dan apoyo a proyectos deportivos de esta clase? ¿Todo generosidad? Puede que el estar más cerca de las instituciones sea uno de los grandes motivos por los que poner el dinero en equipos, asociaciones, etcétera. ¿Desgravaciones fiscales? ¿Por qué no? Podríamos dar mil vueltas al asunto, llegar a cientos de conclusiones... Pero lo que está claro es que un gran equipo de profesionales desaparece. Y con ellas la ilusión de muchos aficionados que han hecho grande a un equipo de baloncesto que empezó desde lo más bajo en la localidad valenciana de Godella.

Puede que este gran proyecto deportivo no estuviera en la realidad de la coyuntura económica que atravesamos. En tan solo cuatro años la gran empresa patrocinadora, Ros Casares, ha perdido a muchos empleados, alrededor de 400 personas menos. Y lo cierto es que esos datos no favorecen la aprobación social de la gran inversión que se estaba haciendo en el club de baloncesto.

Desaparece el Ros Casares. Nos deja gran cantidad de títulos y momentos históricos de esta disciplina minoritaria, y más en su versión femenina, pero puede que de las canteras del club sigan naciendo grandes jugadoras que en un futuro no muy lejano, y con la ayuda de las instituciones (esperemos) vuelvan a demostrar que en Valencia, el baloncesto femenino puede seguir adelante.

Mari Carmen Montes



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