22 junio 2012

Cine español sí, pero al otro lado del 'charco'


¿Por qué será que tienen tan mala fama las películas españolas? ¿Por qué será que las prefieren fuera de España antes que en su lugar de nacimiento? Hay quien cree que esta mala imagen se la han ganado a pulso. ‘Por un perro que maté, mataperros me llamaron’ – o algo así decía la expresión. Pero ¿a cuántos perros se ha cargado el cine español?

Los datos que recoge la Federación de Asociaciones de Productores Audiovisuales Españoles (FAPAE) son claros: en 2011 el cine español recaudó el casi el doble de dinero en el extranjero que en nuestro país. Por un lado 185 millones de euros, por el otro 93 millones. 30.000.000 de personas han visto películas españolas más allá de nuestras fronteras. Cifras de escándalo.

¿Pensamos que seguimos anclados en el pasado? ¿No nos damos cuenta del valor que tiene nuestro cine? No todo, está claro. Pero a día de hoy hay directores españoles a la altura, casi, de los más grandes. Actores y actrices que, aunque muchos de ellos no hayan dado el salto a ese mundo diferente llamado “Hollywood”, valen su peso en oro. En oro o en entradas vendidas. ¿Quién no se acuerda de la mítica frase “americanos, os recibimos con alegría”? Pero ya hemos pasado la época de ‘Bienvenido Mr. Marshall’.

Woody Allen durante el rodaje de 'Midnight in Paris'
Ahora somos los españolitos que producimos películas como ‘Midnight in Paris’, dirigida por un fenómeno llamado Woody Allen, ese señor que, además de ser director de cine, es un apasionado del jazz y toca el clarinete cuando tiene un rato libre. Entre película y película.

Somos los mismos españolitos que han creado ‘La piel que habito’, de Pedro Almodóvar. Esa película que consiguió hacerse con cuatro premios Goya de las 16 nominaciones a las estatuillas que tenía.

Pero en un momento tan delicado para la industria del cine, tenga la nacionalidad que tenga, es más importante, aún, no cerrarse puertas. No poner peros, para no vernos abocados a un ‘cine marginal’ como definió el presidente de la FAPAE, Pedro Pérez.

Es importante saber que en 2010, la recaudación del cine español en otros países fue de 90 millones de euros, menos de la mitad que en 2011. Somos el cuarto país europeo en producción de 2011, con un total de 199 películas. Somos los novenos si hablamos de cine a nivel mundial. Parece mentira hablar de que algo español funciona bien, al menos fuera de ‘casa’, con los tiempos que corren en España.

Cierto es que cada vez resulta ir más caro ir al cine en nuestro país. Cierto es, también, que a una familia que tenga dos hijos, le sale por más de 20 euros la ‘broma’. Y también es cierto, que otro factor que perjudica a las taquillas es el factor clima, según informan las estadísticas. Pero, cuando a alguien le gusta algo, da igual que haga sol, que nieve o que caigan chuzos de punta. Algo tiene el cine español o algo tenemos los españoles, que no acabamos de congeniar demasiado bien. Quizás tenemos un mal concepto de lo nuestro y necesitamos que vengan los de fuera a decirnos lo buenos que somos. Es ahí cuando sacamos pecho, y decimos que somos españoles y que ‘esto es nuestro’. Pero claro, después de que nos lo hayan contado los otros. Y esos otros se sorprenden de que con tan poco, a dinero se refieren, se haga tanto. Puede que tengamos más talento del que pensamos. Puede, que lo estemos desperdiciando.

Deberíamos vender bien esa marca llamada ‘España’. Tenemos un filón, aprovechémoslo. Hagamos ver que aquí nos gusta lo español para que los números se multipliquen, aquí y en cada uno de los mercados a los que lleguemos. No dejemos escapar oportunidades de negocio. Créanme, no estamos para eso. 

Mari Carmen Montes

04 junio 2012

Del cielo al infierno



Celebración de la Euroliga. Foto: Ros Casares
El pasado miércoles día 30 de mayo se confirmó lo que hasta el momento era un rumor, pero uno de esos que esperas que no llegue a cumplirse. La confirmación de que desaparecía el equipo de baloncesto femenino “Ros Casares” dejó a todos los seguidores del club, y a la gran mayoría de valencianos, boquiabiertos. ¿Cómo podía desaparecer el campeón de la Liga Europea?

           
Ser el club de básquet femenino más laureado de España, con 27 títulos cosechados en tan solo 13 temporadas en lo más alto , no ha sido suficiente para que las “chicas de acero”, cómo se conoce las jugadoras del Ros, pudieran continuar un año más “dando guerra” entre las más fuertes.

"Reinas de España" - Foto: Ros Casares
La temporada 2011-2012 fue magnífica para el Ciudad Ros Cares. A excepción del traspiés de la Copa de la Reina, cayeron delante del Perfumerías Avenida de Salamanca, consiguieron hacerse con los dos títulos restantes: campeonas de la Euroliga y de la Liga española. Destacando, de esta última competición, que no perdieron ninguno de los partidos disputados, cifras de récord.

Y ahora, se van para no volver. El máximo patrocinador ha dado por concluida su relación con el primer equipo. La situación económica que atraviesa nuestro país ha hecho mella en la economía empresarial de los “Ros Casares”, que se han visto obligados a tomar esta decisión que a tantos ha dejado petrificados. Durante mucho tiempo se han invertido grandes cantidades de dinero en configurar un proyecto deportivo exitoso. Así fue la temporada pasada, con un equipo de 10, un “dream team” como se suele decir con grandes estrellas de la canasta. Maya Moore, Sancho Little, Lauren Jackson o Eshaya Murphy, algunas de las internacionales más destacadas.


Ahora, estas jugadoras tendrán que buscarse un nuevo sitio. Ofertas no les faltará debido a la gran calidad que poseen, pero serán “nuestras”. No estarán en Valencia y no llevarán el nombre de nuestra ciudad a lo más alto del baloncesto femenino. 


Llegada del equipo al aeropuerto de
 Manises tras ganar la Euroliga.
Foto: Ros Casares
¿Se han cansado los “Ros Casares” de dar mucho y recibir poco? El baloncesto femenino español no parece tener la fórmula para llegar al nivel del masculino. Pero, ¿por qué las empresas privadas dan apoyo a proyectos deportivos de esta clase? ¿Todo generosidad? Puede que el estar más cerca de las instituciones sea uno de los grandes motivos por los que poner el dinero en equipos, asociaciones, etcétera. ¿Desgravaciones fiscales? ¿Por qué no? Podríamos dar mil vueltas al asunto, llegar a cientos de conclusiones... Pero lo que está claro es que un gran equipo de profesionales desaparece. Y con ellas la ilusión de muchos aficionados que han hecho grande a un equipo de baloncesto que empezó desde lo más bajo en la localidad valenciana de Godella.

Puede que este gran proyecto deportivo no estuviera en la realidad de la coyuntura económica que atravesamos. En tan solo cuatro años la gran empresa patrocinadora, Ros Casares, ha perdido a muchos empleados, alrededor de 400 personas menos. Y lo cierto es que esos datos no favorecen la aprobación social de la gran inversión que se estaba haciendo en el club de baloncesto.

Desaparece el Ros Casares. Nos deja gran cantidad de títulos y momentos históricos de esta disciplina minoritaria, y más en su versión femenina, pero puede que de las canteras del club sigan naciendo grandes jugadoras que en un futuro no muy lejano, y con la ayuda de las instituciones (esperemos) vuelvan a demostrar que en Valencia, el baloncesto femenino puede seguir adelante.

Mari Carmen Montes