14 noviembre 2012

Querida huelga: ¡así no!


Empecemos por el origen de todo esto. Para ello, es necesario leer un artículo importante de la Constitución Española, concretamente el 28.2: 

Extracto de la Constitución Española


Pues bien, cuando hablamos de ‘derecho’ [acepción 10 en la definición de la RAE] nos referimos a la facultad de hacer o exigir todo aquello que la ley o la autoridad establece en nuestro favor, o que el dueño de una cosa nos permite en ella. Eso sí, también tenemos la facultad de no hacerlo. Aquí viene una de mis primeras críticas y la centraré en los 'piquetes informativos'. Lo pongo entre comillas porque, sinceramente y discúlpenme si se sienten ofendidos, me río yo del término 'informativos'. Puede que generalice, y pueden acusarme de hacerlo. Pero creo que estas imágenes que aparecerán a continuación dejan mucho que desear por parte de los famosos piquetes: 



Acceso a un polígono de Burgos cortado por un piquete informativo. Imagen: Santi Otero (EFE)
Interrumpido el acceso a Lugo desde el polígono del CEAO. Los piquetes queman un vehículo y tienen que intervenir los bomberos. Imagen: Eliseo Trigo


Piquetes en las inmediaciones del mercado mayorista 'Mercamálaga'. Imagen: Albert Olivé (EFE)
'Piquete informativo' en Mercabarna. Imagen: Albert Olivé (EFE)



Y es que los piquetes son una forma de protesta, claro está, pero en la que grupos de personas, en un contexto de huelga, intentan sin necesidad de emplear la violencia, que ésta sea secundada. De ahí su nombre: 'informativos', pues los medios que deberían utilizar para cumplir sus objetivos deben ser legítimos, como el convencimiento o la información. Pero en numerosas ocasiones, que no todas, todo hay que decirlo, estos grupos abandonan su categoría de convocatoria pacífica y pasan a emplear acciones violentas para impedir que aquellos trabajadores que decidan acudir a sus puestos de trabajo lo hagan. 


No soy persona de gritar, de armar escándalos y broncas. Siempre me ha gustado argumentar mis ideas, mis convicciones. Es por ello que cuando he estado equivocada y me han rebatido lo que pensaba con argumentos válidos, he sabido rectificar y dar la razón. Creo que esto también se puede trasladar a las situaciones de huelga. Informar, dar datos, analizar... todo ello puede llevar a que una persona conozca una situación desde otro punto de vista y decidir si faltar al trabajo o no. Pero con amenazas, insultos y agresiones... complicado lo veo. 

¿Es necesario violar los derechos de los demás para defender los propios? Soy de las que piensa que no, ¡llámenme rara! 

No sé qué hubiera hecho yo si fuese la mujer del vídeo que enlazaré a continuación, estuviera tomando un café con una amiga y acabaran echándome parte de éste por encima (vale, por encima de mis documentos, para que no piensen que exagero).

(las imágenes citadas a partir del minuto 1:20)

Las opiniones sobre lo que está ocurriendo son muy variadas. En un momento de auténtico auge de las redes sociales y del fenómeno 'Twitter' es muy fácil leer todo tipo de ideas sobre el devenir diario. En cuanto a la huelga, afortunadamente hay gente para todo y con ideas diversas y muy válidas: 









Aplaudo la LIBERTAD de EXPRESIÓN. Me gusta saber que la gente se preocupa por lo que nos está ocurriendo a TODOS. Me disgusta saber, por el contrario, que mientras la gente sale a las calles a defender sus derechos, el Congreso de los Diputados haya debatido y votado algunos puntos presupuestarios en lugar de pararse un momento a evaluar la gravedad de esta situación que desquicia a los ciudadanos españoles. Me indigno cuando me hablan de situaciones laborales en las que los jefes son dueños y los trabajadores esclavos. En muchas ocasiones, los primeros amenazan a los segundos y estos últimos no secundan huelgas por miedo a ser despedidos. Detesto que me mientan los políticos, sean del partido que sean, tanto prometiéndome cosas que no cumplirán nunca, como asegurándome que no harán algo determinado y poco después vemos que sí lo han hecho. 

Pongo una X a estas situaciones: 


Jefes que abusan 

Políticos que nos mienten
Violencia innecesaria. Imagen: Miguel Toña


Si el objetivo de las huelgas y las manifestaciones es el de provocar un cambio rotundo en las políticas llevadas a cabo por un Gobierno, que se cumpla. Pero que se haga dentro de la ley, dentro del orden, por el bien de todos. Pueden llamarme ilusa (¡fíjense! les doy permiso para llamarme de muchas maneras), pero considero que una huelga sería mucho más efectiva si se llevara a cabo de manera pacífica, con manifestaciones organizadas, que de la forma que se hace. Cuando se llevan a cabo estas batallas campales entre ciudadanos y Policía acabamos centrando el punto clave en imágenes como las siguientes:



Menor herido por las cargas policiales en Tarragona

Banco de España, Madrid. Imagen: Cristóbal Manuel

Plaza de Cibeles, Madrid. Imagen: Andrés Kudacki

Manifestante detenido en Madrid. Imagen: Daniel Ochoa de Olza

Detención de un manifestante de Madrid. Imagen: Dominique Faget


Dejémonos de tratarnos como enemigos (por las dos partes) e intentemos ayudarnos entre todos, que al final, todos formamos parte de este enredo que nos está ahogando a unos y a otros. Con la fuerza ya hemos demostrado demasiadas veces que la Policía gana, que tienen las armas para convertir la sangre en protagonista. Intentemos que sean las palabras y los buenos argumentos los que lleguen a oídos de políticos. Aunque se hagan los sordos, el zumbido de millones de voces será más insoportable que los 82 detenidos que llevamos ya en esta jornada de huelga del 14 de noviembre (alrededor de las 17'00 horas).


Mari Carmen Montes
@mcmontesb